Desafío personal Vallecitos non stop 2022
13/02/2023 Vallecitos non stop
Todo comenzó por octubre del año pasado… Se me ocurrió la posibilidad de hacer el Vallecitos non stop… Primero fue solo una idea que se cruzó por mi mente, como quien no quiere la cosa…luego, en diciembre, en un entreno por la zona del cordón del Plata pude comunicar a mi alrededor la idea y hacerla visible, para desde allí, empezar a concretizarla. Sin darle mayor trascendencia, empecé a entrenar
Finde semana por medio se hacía vallecitos, se corrió una carrera en altura de 30km, la Kumen Penitentes, se hicieron entrenos cada vez más largos y con mucho desnivel buscando la semejanza de lo que podía llegar a sentir allá arriba… Pero hoy, con el diario del lunes, aviso, fue mucho más duro de lo que pensaba… Fui todas las veces la zona de vallecitos a entrenar sintiéndome muy fuerte, pero hubo oportunidades en que la altura me decía hasta acá nomás vas a llegar hoy… Sin embargo, siempre que fui le pedí permiso a la montaña y hoy mismo, no fue la excepción, en esta oportunidad, la montaña me lo permitió
Más allá del entreno que junto con Maria Rosario Bordagaray fuimos armando, no puedo dejar de agradecer a mis dos compañeros en esta travesía, grandes guerreros, que estuvieron al pie del cañón en todo el proceso. Uno de ellos es Juan Pedro Sangiacomo, quien se acoplo a mis locuras e incluso fuimos juntos a pasar navidad al salto de agua para seguir aclimatando y hoy acompañó de lujo paso a paso de la Hoyada a la cumbre!!!
Y a Silvia A Vravo quien se acoplo también desde su mudanza mendocina a los entrenos que fui proponiendo y llego cada vez más lejos, hoy mismo conquistó la hoyada acompañándome con su paciencia y cariño paso a paso, gracias nena, me puso súper feliz tenerte cerquita
Hecho el preámbulo, ahora vamos con la síntesis de lo desafiado el día de hoy: nos levantamos los tres 2:30am, siiii a esa hora, para partir rumbo a vallecitos 3:30. Llegamos aproximadamente a las 5 y moneditas y 5:17 Sil y yo emprendimos el recorrido, Juan se acoplo un poquito más tarde…
El objetivo de Sil era llegar a la hoyada, el mío hacer el vallecitos con Juan y bajar de un tirón.
Al inicio me sentía muy bien, era raro salir de noche con frontal y frío, pero el cuerpo al toque se acomodó. Íbamos sin pausa, pero sin prisa e iban pasando los hitos: las veguitas, el campamento Piedra Grande, el infiernillo, el salto de agua, el salto superior, la hoyada y el falso filo (le puse nombre al lugar más alto que había llegado en el último entreno). Hasta ese momento, mi cuerpo no se quejaba de más, iba comiendo y tomando agua, pues en una parte el sueño (me dormía) me quiso jugar una mala pasada, pero cuando amaneció ya volví a la normalidad. Así que, hasta allí íbamos bien, mis sensaciones dentro de todo eran normales y la motivación seguía empujando por el objetivo. Sin embargo, “pasan cosas” diría una deportista con la que trabajo hace muchos años… y si, pasaron cosas…
Del falso filo en adelante todo me empezó a parecer eterno. Los mareos se empezaron a apoderar de mi y el dolor de cabeza también… Pisar la nieve y no sentir una pisada segura era desestabilizante, el mareo ya había aparecido haciendo que aminorara la marcha y mantuviera una respiración más consciente… La alarma mental se empezó a despertar y las dudas me empezaron a asaltar: veía el filo lejos y el vallecitos aún más. Pero, en un momento me dije “basta, has hecho desafíos complejos como este (los 110km de Utacch aparecieron) y sabes que tenés que seguir constante sin apuro…”. Contestarle a esas dudas me volvió a acomodar en donde debía estar. Nadie me apuraba y si sentía que no podía, también podía emprender el regreso. Así, lentamente pero con constancia llegué al filo. Sin embargo, ahí venía una decisión a tomar, porque frente al mareo que sentía, con Juan habíamos dicho que llegábamos al portezuelo y veíamos cómo nos sentíamos. Sorprendentemente, llegando al filo el mareo ya no estaba presente, ya no había excusas físicas que me acosaran, tenía que seguir.
Era increíble realmente lo cerca que se veía el Vallecitos y a la vez, se sentía tan lejano… Ahí empezó el corazón a acelerarse de más y la respiración a agitarse también, inicié una estrategia que era: daba dos pasos y frenaba a respirar…
La nieve complicaba el terreno, pero el clima era impecable, realmente no podíamos pedir más. El cielo estaba despejado, regalándonos un celeste impresionante, un solcito que calentaba permitiéndote sentir cálida. Estaba prácticamente sin viento y despejado sin nubes, teníamos para nosotros unas vistas únicas como el Aconcagua y hacia el otro lado el magestuoso Cerro Plata…
Esas vistas hicieron que, más allá de las difíciles sensaciones que estaba atravesando, realmente fuera una experiencia increíble…
En el último tramo, yo seguía muy lenta pero constante y mi compañero se empezó a quedar… yo no captaba muy bien lo que estaba sucediendo… pensaba que estaba aburrido de ir tan lento, pero bueno, más rápido no podía ir… bajando, ya fuera de peligro para ambos, me comento que el mal de altura al ir a un ritmo que no era el suyo, también le había empezado a pegar y por eso, se iba quedando a descansar en diversos lugares. Cuando llegamos a la cumbre sacamos una foto y yo empecé a tiritar de frio, así que emprendimos el viaje de regreso casi instantáneo…
En la bajada me empecé a recobrar, pero antes intentaba correr (se ve en el video) y no podía realmente, trotaba y me iba para un costado o para el otro… al llegar al acarreo me deje caer y empecé a volver en si misma. Lo espere en la Hoyada y de ahí seguimos juntos. El me decía bueno, es lo que salió, porque pensó que íbamos a subir más rápido y yo nada, me quede con lo que habíamos podido hacer… El reloj en algún momento se me apago, así que tampoco sabía tiempo ni nada… pero llegando a Veguitas se me ocurrió preguntarle la hora del día… y cuando me la dijo, empecé a sacar cuentas… y volví a encenderme. Si bien para este desafío me había puesto diversos objetivos de rendimiento a cumplir, como subir constante intentando mantener buenas sensaciones, comer e hidratarme bien, gestionar el mal del altura mentalmente toda vez que se pudiera, tener mucha paciencia en los últimos tramos y bajar soltándome, tenía también un objetivo de resultado que quería cumplir y era estar dentro de las 10hs totales. Cuando Juan me dice el horario del día y saco las cuentas del horario en el que salimos (que por supuesto exacto exacto, no lo recordaba), me empecé a apurar, porque le dije dale que llego… el no entendía nada jajaja. Pero llegaba dentro de las 10hs y así fue…
Subí en 7:10 y baje en menos de 3hs, 15:10pm estábamos de vuelta cascoteados por la altura si, pero sanos y salvos.
Lo más lindo de esta experiencia fue que no hubo competencia de por medio… Solo un proyecto personal que me propuse y creo que me motivo más que cualquier logro externo anterior.
De eso justamente se trata la motivación intrínseca: de valorar y disfrutar lo que haces solo por el hecho de realizar la actividad que amas llevar a cabo…
Ello lo demuestra todo lo que entrene y me prepare para el Vallecitos, creo que por eso, la montaña me recompenso con el día maravilloso brindado…
Hacía más de un mes que veníamos levantándonos antes de las 7am los domingos, a veces 5;45hs, creo que ni para ir a trabajar me levanto tan temprano … Todo para hacer fondos largos o lejos en altura y no morir de calor llegando el mediodía… Y así, fueron varias subidas al salto de agua, otras al salto superior, otras al falso filo (lo bautice así, al filo donde arranca el primer acarreo a la hoyada, fue el lugar más alto al que había llegado previo a la cumbre del cerro), los 50 y pico km de la Xtreme, los casi 40km de la carrera de penitentes, la combinación explosiva de los cerros Camello Sur- Comisión… Los dos estímulos semanales de calidad que jamás deje de hacer, más otros estímulos que, por cuestiones de laburo + cansancio, a veces se podían y otras veces no tanto. Eso, más el gym que siempre, aunque sea una vez por semana, estuvo presente…
A eso le tengo que sumar todas las juntadas con amigos y vecinos a las que dije “no” o dije “bueno pero me voy temprano, no tomo alcohol o no como tal cosa”… Fue tanto puesto, que aún no me creo que lo haya podido culminar…
Siempre cuento y me digo a mí misma: todo lo que logro, lo logro con esfuerzo, compromiso y constancia, no se me dio nada en la vida por el simple azar y, creo que esta experiencia, me vuelve a demostrar que ese es el camino a seguir…
Aún, cuando la altura hizo su lindo festín conmigo, había un motor adentro mío que me hizo seguir y concluir el sueño que me había propuesto. Aún, cuando si me dejaba ganar por las sensaciones, podría haber abandonado miles de veces desde antes de llegar al filo… Algo en lo profundo de mi ser me decía «vos podes». Ese autodiálogo interno de confianza en mí, esa frase que me arenga a seguir, «vamos, fuerza», me hizo continuar. En los últimos metros, cuando la cumbre parecía tan real, pero mi cuerpo ya se quería tirar a dormir en cualquier parte (agradezco que había nieve alrededor para no terminar sentándome en cualquier lado), había algo tan profundo en mí que me hacía dar paso a paso y, concentrarme en ese paso por vez… Y resonaba esta frase que muchos repiten y, creo que en esta oportunidad le encontré el significado: ponemos el cuerpo, seguimos con la cabeza y se termina con el corazón… Soy psicóloga y tendría que llamarle motivación intrínseca sí, pero sentía que lo que me hizo acercarme a su cumbre fue algo tan profundo, un motor tan intrínseco, un amor tan grande, que, en esta oportunidad si, merece ser llamado corazón… Y si, llegue con el corazón, con toda mi alma… Y sí, quizá fue el desafío más difícil que me ha tocado en toda mi vida deportiva hasta el momento… y sí, fue un desafío que me puse a mi misma… y sí, una vez más lo cumplí.
Y si familia, abu Olga Laulhe , mami Alicia Maria Parada , papi Gerardo Rodriguez no les dije nada que lo iba a hacer este finde, porque cada vez que les contaba me decían los tres y sin ponerse de acuerdo entre sí: «ojo, no hagas locuras»… Pero también ustedes me enseñaron, sobre todo vos papi que la vida se trata de eso, de desafiarte y de apostar por lo que uno ama, de ser guerrera me decís… Eso aprendí y eso llevé a cabo una vez más, este finde…
Aún lo pienso y sigo emocionándome, pues aún me cuesta creer que tanto entreno, tantos madrugones valieron la pena…
Y sigo recordando cosas, como cuando Juan Pedro Sangiacomo me dice, van a ser las 15pm pasando el puente de veguitas… A mi se me había apagado el reloj y, pese a que tenía el cable y cargador, realmente la cabeza en su momento no daba para hacer más que poner la energía en descender… En ese momento, cuando al rato, saque la cuenta de la cantidad de horas que llevábamos, dije, tengo que llegar antes de las 10hs jajaja y empecé a acelerar. Pero más allá de la cantidad de tiempo, me quedo con que aún tenía resto. Creo que hice la mejor bajada de veguitas al centro de sky de la historia solo necesitaba un empujoncito más… esa motivación extrínseca (tiempo final) que me empujó a la meta, una meta que esta vez, había sido creada por mí, era mi propio arco de llegada.
Gracias Vallecitos por llevarme a desafiarme en lo más profundo de mi ser, tanto a mi como a Juan… Creo que hoy, somos muchos más fuertes que ayer… Simplemente gracias… Y vuelvo a agradecerte trail running por brindarme tanto!!!!
Dejo algunas imágenes de los entrenos puestos, pues lo más importante siempre es recordar el camino recorrido, sin ese proceso no llegamos al resultado
Gracias a todos los que fueron parte directa e indirecta del proceso que me hizo llegar a este sueño Gracias al refugio San Bernardo que fue, en muchas oportunidades como mi segundo hogar, Sandra, pase a contártelo porque quería que sepas que lo había conseguido.
Muy feliz con la experiencia, muy contenta con haber cumplido con este objetivo que se fue convirtiendo en un sueño a realizar!!! Gracias a todos por el apoyo
24,25km 2500+ llegamos a los 5400mts 9h:53min
Si lo crees, lo creas