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Al ritmo del Flow

¿Cómo te fue en la carrera? Mal, no hice el tiempo que quería…Una pregunta abierta, una respuesta cerrada.

Sin embargo, la respuesta de resultado es la que siempre aparece. El ritmo y el tiempo son los protagonistas, como si a través de ellos se pudiera predecir algo en relación con las sensaciones obtenidas, a cómo lo pasaron, a qué emociones y pensamientos estuvieron en juego… 

Pero te cuento que, además del ritmo que te marca el reloj, existe otro ritmo más profundo que lo marca tu mente. Se trata del ritmo del Flow, como ya lo veremos.

Lo cierto es que por más fuertes que sean tus piernas, si tu mente no posee una fortaleza mental que te motive a enfrentar el desafío, no llegaras a buen puerto.

Así, se escucha a los corredores quejarse de “que les falló la cabeza”: y dicen frases como esta: “hasta el km 40 iba re bien, pero después tuve que abandonar porque me falló la cabeza”, “no me funcionó bien la cabeza”, etc. Pero, ¿qué es la cabeza?

La cabeza, como ya lo hemos explicitado en otras oportunidades, se compone de una mente y un cerebro. Un cerebro que solo quiere que nos resguardemos, que sobrevivamos, sin importarle si somos felices o no, y una mente que puja porque nos desafiemos y siempre vayamos por más. El tema es cuando las cosas se empiezan a complicar y allí es donde hace falta esto que todos dicen: “tener cabeza”. Y es, que esta frase coloquial que se escucha por doquier sin saber muy bien a que se refiere, da cuenta de la importancia de conciliar mente- cerebro, de llegar a una negociación entre ellos para que todos tiremos para el mismo lado.

“Conocerse a sí mismo no es tanto una cuestión de descubrir lo que está presente en uno mismo, sino más la creación de lo que uno quiere ser».

Mihály Csíkszentmihályi

Para ello, necesitamos construir recursos y estrategias psicológicas: 

  • Planificar un autodiálogo productivo que nos provoque emociones positivas y nos lleven actuar de la mejor manera para conseguir nuestros objetivos.
  • Controlar nuestras emociones por medio de técnicas de relajación, de activación y de respiración.
  • Visualizar nuestros objetivos de manera concreta y real;
  • Conocernos cada vez más en profundidad.
  • Reconocer la diferencia entre una motivación orientada únicamente al resultado y una motivación que nos dirija a brindar la mejor versión de nosotros mismos, que es a lo que nos orientamos en este artículo.

Como anticipamos en la introducción, existe un ritmo diverso al ritmo del reloj y es el famoso ritmo del Flow de la motivación. Este va más allá del resultado, el número, el tiempo o la posición. Y es que el flow (fluidez) describe un estado durante el cual el tiempo dedicado a la realización de una tarea transcurre de manera imperceptible, como si se tratara de una corriente que impulsa al corredor a continuar sin aparente esfuerzo, facilitando la óptima ejecución de su tarea. Así, el deportista se encuentra inmerso dentro de una corriente de flujo que lo lleva hacia adelante, con una sensación de bienestar que no quiere detener, el tiempo y la fatiga desaparecen, en la medida en que siente que se vuelve parte de algo inmenso. 

Al ritmo del flow el corredor

  • Se encuentra profundamente concentrado, enfocado y completamente involucrado en lo que está haciendo, libre de distracciones. 
  • Posee una sensación de éxtasis y disfrute pleno, siendo la actividad sumamente placentera.
  • Experimenta una gran claridad interna que lo llevaría a la seguridad de saber lo que tiene que hacer y la manera de realizarlo.
  • Siente confianza sobre sí mismo y sabe que puede lograr lo que se ha propuesto, optimiza sus habilidades físicas para alcanzar su objetivo, brindando su mejor versión.
  • Percibe una sensación de serenidad y calma: corre sin preocupaciones sobre sí mismo, enfocado únicamente en lo que está haciendo.
  • Sabe que el único tiempo que importa es el aquí y ahora, inmerso en una sensación de intemporalidad, se encuentra enfocado únicamente en el presente.
  • Experimenta la motivación intrínseca, corre por el simple disfrute de esa sensación, el ritmo del flow se convierte en la propia recompensa de la acción. Las recompensas externas (podios, reconocimiento social), pasan a un segundo plano, disfrutando plenamente de realizar la actividad por sí misma. 

El ritmo del Flow es experimentado de manera placentera y liberadora, produciendo un estado de creatividad y productividad tan elevado que todo lo ajeno a la actividad que se está realizando pasa a un segundo plano. Yendo más allá del resultado, el corredor aumenta su autoconfianza, se siente más competente, desaparece su sensación de fatiga y esfuerzo, fluyendo en el correr sin distracciones y de manera automática. Se trata de una experiencia armoniosa entre cuerpo (cerebro) y mente, en la cual sucesos ordinarios se convierten en óptimos. 

En la búsqueda del ritmo del Flow

  • No quedes capturado por el resultado, el ritmo, el número y la recompensa externa. 
  • Recordá el proceso que recorriste para llegar al momento actual: todos los entrenamientos que realizaste, todo lo aprendido, lo renunciado, las sensaciones buenas, las malas, esos entrenos que creías no ibas a poder terminar y finalizaste con creces, los estados de ánimo atravesados, cada vez que pudiste ganarle a la fiaca.
  • Presta atención a cómo te desenvolviste en la competencia, qué pensamientos aparecieron, qué emociones te invadieron, qué sensaciones positivas o negativas percibiste, en qué lugares del cuerpo las sentiste, cómo actuaste en consonancia con ello, qué disfrutaste, qué sufriste…

Y entonces, solo entonces, cuando te pregunten como te fue en la carrera, la respuesta será amplia y lo último que mencionaras será el ritmo, el número, el resultado, pues lo primero que se te vendrá a la mente, ¡serán las sensaciones que tuviste!

Aprendamos a corrernos del resultado, de una sociedad exitista que en lo único que piensa recompensar es el éxito. 

El único triunfo propio es crecer uno mismo más allá de la competencia con los otros, disfrutando de esto tan lindo que hacemos porque lo elegimos. Propongámonos eso en las competencias, dejando de lado el reloj un momento, que la motivación no dependa únicamente del ritmo o de superar al otro, de esta manera será más interna y se prolongará en el tiempo, apostando a aprender y a crecer siempre un poco más. ¡Sonriamos siempre, para seguir progresando en la medida en que disfrutamos del proceso!

¡El entrenamiento depende de vos!

Me encantará leer tus comentarios u opiniones y, por supuesto, contactame si puedo ayudarte de alguna manera.

¡A seguir psicoentrenando!

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